Nueva entrevista con el escritor, historiador y filósofo Félix Rodrigo Mora, en esta ocasión para denunciar la Revolución francesa, abanderada de la democracia moderna. Cuando en realidad suposo la expansión de toda la maquinaria estatal y la desintegración de la masa popular en lo político, cultural, convivencial, axiológico y económico. La aniquilación minuciosa de la libertad de conciencia y la represión enérgica de los disidentes, hasta llegar al exterminio en masa.
Hola Xavier. Entonces… ¿nunca ha habido revoluciones espontàneas? ¿El pueblo nunca ha protagonizado una revolución de verdad? ¿Todas son prefabricadas…?
Hola Alicia
Mi conocimiento de la historia (y de la metahistoria) me empuja a decir eso. En todas las revoluciones se dieron una serie de condiciones y circunstancias aprovechadas por unos agitadores o agentes revolucionarios que enervaron a las masas y las condujeron hacia la meta deseada. Es el mecanismo problema-reacción-solución. Eso ocurrió en América en la revolución americana, en las independencias de las antiguas colonias españolas, en la revolución francesa, en las revoluciones liberales del s.XIX, en la revolución rusa (mírate mi artículo en Somnium Dei sobre el centenario de la revolución rusa), la revolución castrista, etc.
Afortunadamente varios autores serios y rigurosos han podido profundizar en esos «agentes» y siempre aparecen detrás, discretamente, las sociedades secretas y la gran banca, aunque sea apoyando a los movimientos más izquierdistas. Por ejemplo, Fidel Castro fue apoyado directamente por el imperio Rockefeller, que además le hizo saber al dictador Batista que ya no contaba con él.
En fin, es triste decirlo pero el pueblo (o gran parte de él) reacciona como un rebaño fácil de guiar para los pastores, si conocen bien los mecanismos de la mente y la conducta humana. Nada es espontáneo. El presidente americano Roosevelt dijo que cuando algo pasa en política es porque así ha sido planeado, decidido y ejecutado. El ciudadano de a pie sólo es guiado y manipulado, y. me pregunto si los más acérrimos independentistas de por aquí se darán cuenta de eso o se creen aún que su ideología y su convicción les sale «de dentro» (lo mismo se puede aplicar a los que se sitúan en otras posiciones).
Salutacions,
Xavier
Una vez más, felicitar a Félix por esa lúcida visión histórica sobre otro mito de la «libertad» y la «democracia». Su análisis social y político es acertado: el régimen cambió pero las estructuras reales de control y opresión de la población no, como siempre sucedió en las revoluciones populares, que -por cierto- no tenían nada de populares, pues fueron financiadas por la gran banca y dirigidas por las sociedades secretas. El pueblo nunca protagoniza revoluciones, es arrastrado a ellas.
Sobre todo es muy de destacar que la Revolución francesa trajo el imperio del «estatismo», y marcó el inicio de la centralización del poder y la sumisión a los organismos de control político, ideológico y económico de la élite gobernante. De ahí nació la escolarización obligatoria o el servicio militar, entre otras cosas. Y no olvidemos que, con Napoleón y la excusa de la expansión del liberalismo, Europa (de Portugal a Rusia) estuvo metida durante 20 años en terribles guerras que devastaron el continente.